Más allá de la transmisión y recepción de información, ésta se fundamenta en el siginificado que el receptor interpreta de lo que escuchó. Por ello, es clave rechequear o re checar! |
Estemos claro, cada uno de nosotros tiene su propia personalidad; es
decir, somos diferentes. No hay una misma huella, hasta en los ojos somos todos
únicos y diferentes. Asimismo, cada uno tiene su historia personal única, sus
principios y valores, sus motivos, así como sus aspiraciones.
Llevado al contexto laboral, las instituciones tienen una cultura
organizacional que también podríamos decir, tienen su personalidad, su propia
historia organizacional, sus principios y valores venidos desde sus fundadores
y a través de los tiempos mediante la formación y desarrollo y captación de su
personal. Todas buscan un equilibrio, un contrato, digamos, “un contrato
psicológico” en el cual ambas partes acuerdan, por un lado trabajar en la
institución y por la otra, ser aceptado.
Sin embargo, a pesar del establecimiento de los acuerdos y convenciones
de normativa interna sobre el trabajo, todavía, supervisores, trabajadores y
todos aquellos que hacen vida en una institución son diferentes.
Es entonces
cuando el proceso de comunicación, juego un rol clave en el mantenimiento de un
adecuado ambiente y relaciones de trabajo. Se destaca que la comunicación que
se quiere dar a entender en este breve ensayo va más allá de la existencia de
un ente transmisor, un proceso de codificación / decodificación y un receptor
en el marco de un permanente feedback.
Se sostiene que el proceso de comunicación se centra en la persona que
recibe el mensaje, de cómo lo entiende, del significado que uno le da a las
instrucciones o la comunicación de su supervisor o del supervisado.
El centro de la comunicación está en la persona y en no muy pocas, pero
en muchas situaciones u oportunidades se presentan discusiones cuya fuente ha
sido que cada uno ha asumido una postura, un significado al que ha reaccionado
en forma de desacuerdo por ende, con la persona de quien ha escuchado la
información. Muchas veces ha sido una discusión negativa entre dos mundos, dos
historias con sus valores que repercute, por un lado, en las relaciones entre
el equipo de trabajo, en la calidad y efectividad del trabajo y hasta en la
merma en la atención a otros usuarios internos.
¿Qué sería lo más recomendable y previsivo a fin de minimizar los
desacuerdos en el ámbito de la comunicación?
1.- Escuchar con atención, se dice que oímos con los oídos y
escuchamos desde la comprensión. En este caso, es sugerente, enfocarse en el
escuchar, ser un buen “escuchador”. La escucha activa implica ubicarse desde la
inquietud o el marco de referencia del que nos habla. También es escuchar lo
que se dice y lo que deja de decirse. En segundo lugar, y a pesar de lo
anterior, una acción preventiva,
2.- Preguntar desde la humildad, ello
permite evitar a toda costa, asumir lo que uno creyó entender. Una pregunta
poderosa sería preguntarle a la otra persona, por ejemplo, hay un punto que
quisiera chequear con usted, ¿Qué significa para usted que el informe que le
entregué estaba excelente? Y,
3.- Acordar que ambos entendimos
el mismo significado y a partir de allí seguir en la acción. Ello generar
un a estabilidad relativa que hay que mantenerla, muchas veces, siguiendo los
pasos señalados.
De ahí se podría decir, que en el contexto laboral y casi que en
cualquier contexto, resultados excelentes derivan de acciones de calidad que
han sido congruentes y consistentes con decisiones de calidad en la que la
escucha, la pregunta y el acuerdo han sido trabajados para el logro de las
metas.
Para finalizar, les dejamos esta frase:
“Los hombres viven en comunidad, en razón de las cosas que tienen en
común, y la comunicación es el medio como posee cosas en común.” John
Dewey
Autor: Pablo Lira
Especialista consultor
Profesor universitario
Coach ontológico y Coach
Organizacional Internacional